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Al comenzar la guerra civil española y desde un primer momento, dicho conflicto fue visto a nivel internacional como el primer enfrentamiento entre la democracia y el fascismo, y el resultado del mismo dependió en gran parte de la intervención de las potencias extranjeras.Ambos bandos buscaron suministros y armamentos en el exterior.
Los sublevados recibieron un apoyo internacional. Hitler respondió inmediatamente a la petición de Franco enviando material bélico y aviones,indispensables para el transporte del ejército de África desde Marruecos hasta la Península.A cambio de la ayuda prestada Alemania recibió minerales y otros productor estratégicos. Mussolini envió una gran unidad armada, formada por unos 50 mil hombres (II Corpo di Truppe Volontarie), así como gran cantidad de armamentos.
En un contexto histórico en el cual antes de la guerra civil española nuestra reserva de oro fue catalogada como la cuarta más grande del mundo, la República, carente de los recursos necesarios para hacer frente a la guerra, decidió emplear las reservas de oro del Banco de España para comprar armamento de la Unión Soviética a partir de octubre de 1936.
La guerra civil había empezado, los republicanos iban poco a poco perdiendo el ministro de hacienda, Juan Negrín mandó dichas reservas desde Madrid hasta Cartagena, con la excusa
de que estuvieran separadas del frente en Madrid bajo la ofensiva de los sublevados. Para esto leva a cabo un decreto firmado por el presidente de la República, Manuel Azaña, el cual afirmaría posteriormente su desconocimiento sobre el destino final de las reservas.
Menos de 24 horas después de la firma del decreto, la madrugada del 14 de septiembre de 1936 entraron en el Banco fuerzas de carabineros y milicias, enviadas por el ministro de Hacienda de acuerdo con los comités de la UGT y de la CNT en el mismo Banco. Tanto era el oro que poseía España en aquel entonces que se tardó tres días en sacarlo de las reservas. el bando sublevado, enterados del traslado del oro, calificaron el hecho de "expolio" y protestaron internacionalmente. Sin embargo, una vez desplazadas las reservas a Cartagena, Negrín y Largo Caballero decidieron trasladar el oro de Cartagena a Rusia el 15 de octubre, con excusa de que allí estará más seguro, cual caja fuerte ubicada en Moscú.
A petición de los rusos, Negrín tuvo que falsificar los documentos de los agentes soviéticos para evitar que se descubriese que se lo iban a llevar todo a Moscú, haciendo pasar al Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos ruso en España, Orlov, como si fuera representante del Banco de los EEUU, pudiendo decir que el oro se estaba transportando a América por razones de seguridad. Todo esto se llevó con el máximo secretismo posible. El día 22 de octubre de 1936 se ordenó la extracción nocturna de la mayoría de las cajas de oro, con un peso aproximado de setenta y cinco kilos cada una, las cuales fueron transportadas en camiones y entres buques soviéticos, aunque parte de este oro se perdió misteriosamente hasta su llegada a Rusia...
Tras su desembarco en Ucrania el comboy fue acompañado hasta Moscú por tropas de élite rusas. Cuando dicho cargamento dorado llegó a su destino final se dijo de que si se hubieran colocado sobre la Plaza Roja hubiesen cubierto toda la superficie.
Nuestros amigos los rusos pusieron su mirada de buitre en nuestras reservas y no tardaron en reclamar al Gobierno republicano el pago de los primeros envíos, que aparentemente habían llegado como un regalo para combatir el fascismo internacional, que fue pagado a un alto precio con las reservas de nuestro oro.
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Muy acertado el artículo de tu blog. Esta hecho desde un análisis histórico de lo que fue un expolio en toda regla los fondos del Banco de España. Lamentablemente ,España ha sido fruto de saqueos en numerosas ocasiones, que han esquilmado nuestros tesoros artísticos y nuestros recursos económicos. Dos de estos momentos se produjeron uno en el siglo XVI con los prestamistas alemanes para financiar las políticas de los Austrias y otro quizás más doloroso en el siglo XIX el expolio artistico que hicieron los soldados napoleonicos al abandonar España,en iglesias y museos.
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